lunes, 22 de abril de 2013

Encuestas para visitantes

Revisando mis apuntes de la asignatura, encontré junto a ellos varios documentos que nos entregaron durante los días de clase. Entre ellos, figuraban dos encuestas de dos museos, uno perteneciente a la exposición “Leonardo da Vinci y la Música” (no se especifica el museo) y otro sobre el Louvre.
A pesar, de que hace ya tiempo que traté este asunto, el bloque dos de la asignatura (bloque dedicado al estudio de público), quisiera hoy analizar y comentar estas dos encuestas. Qué tipo de preguntas generales y específicas solicita, cuál es el propósito del test, cómo son las preguntas (abiertas o cerradas), entre otras cosas.
He querido escanear las encuestas y añadirlas a la entrada. Lo cierto, es que tras escanear una fotocopia y convertirla en imagen, la calidad no es buena que digamos, pero su lectura es posible.
 

 
En cuanto a la encuesta de la exposición “Leonardo da Vinci y la Música” es un test de 10 preguntas muy concretas. Comenzando por conocer el sexo y rango de edad de la persona, las preguntas 3 y 4 están orientadas a la previa visita a la exposición, es decir, cómo se supo de la existencia de la exposición y cuál fue el motivo para querer realizar ducha visita. El resto de preguntas hasta la número 8 están dedicadas a conocer en profundidad los rasgos específicos de la propia exposición y el museo en general (servicios del museo, información y textos que se ofrece en cartelas, música y audioguías, etc.) La pregunta 9 es de tipo abierta, es decir, deja que sea el propio encuestado quien opine con sus propias palabras, sin condicionarlo a un tipo de respuesta ya dada, como ocurre en las preguntas anteriores; esta pregunta abierta se refiere al grado de satisfacción o punto de vista y opinión del visitante acerca de la exposición  en particular y del museo en general. La última pregunta, plantea las respuestas sí, no, no sé, referidas a si el encuestado recomendaría la exposición a un amigo, familiar o cualquier otra persona.
En general, la encuesta es corta y amena. Aunque los enunciados me resultan algo largos, está bien que expliquen lo que se está preguntando, sin generar dudas, pero lo encuentro excesivo. La finalidad de la encuesta es simple, conocer qué tipo de público accede al museo y cuáles son las intenciones o inquietudes que guían esta acción, además de la opinión que les merece acerca de la exposición que acaban de ver.
 



 
A diferencia de la encuesta anterior, la encuesta para visitantes del Louvre se presenta con mayor número de preguntas y con múltiples posibilidades de respuesta. La encuesta consta de 19 apartados, con varias cuestiones cada una. El apartado 1 trata las cuestiones generales referidas al Museo del Louvre y las visitas realizadas al mismo. Las cuestiones de los apartados 2, 3, 4 y 5 están orientadas a conocer al visitante y los motivos de su visita. Por su parte, el 6, 7 y 8 formulan preguntas acerca de la exposición permanente y temporal que el visitante ha tenido oportunidad de ver en el día en el que se visita el museo y se rellena el formulario. Del apartado 9 al 13, las cuestiones se refieren a las características generales del museo, los servicios que este ofrece, las colecciones y exposiciones que propone, etc. Los apartados 14, 15, 16 y 17 pretenden conocer los hábitos culturales de la persona encuestada, así como su grado de satisfacción acerca del museo y sus exposiciones. El aparatado 18 realiza cuestiones del tipo sexo, edad, ocupación y estudios artísticos; es curioso encontrarnos este tipo de preguntas al final del cuestionario y no al comienzo del mismo, como ocurría en la encuesta de la exposición “Leonardo da Vinci y la Música”. Por último, y en esto sí que se asemeja al cuestionario anterior, la última pregunta que plantea la encuesta para visitantes del Museo del Louvre, es del tipo abierta, con la intención de que el encuestado o encuestada aporte alguna observación que no refleje a lo largo del cuestionario.
Sin duda, el cuestionario del Louvre es mucho más complejo y completo. Esto concluye en algo positivo y algo negativo, es decir, por un lado tenemos la ventaja de que el formulario es capaz de proporcionar mucha información e información muy valiosa para el propio museo; sin embargo, el número, para mi gusto, excesivo de preguntas puede hacer que no sean muchos los visitantes que respondan a las cuestiones o incluso que dejen el cuestionario a “medio-contestar".

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